La necesitas más que
para lo que quieras, te haces el ''durito'' pensando que nunca pensarás en ella
como algo más que una simple amiga, pero eso no es así. Te encanta verla cada
día y ver como sonríe aunque no tenga ganas, te gusta que esté encima tuyo y te
abrace, que te diga al oído que hablaís después, que te coja del brazo y te
susurre bésame, que te hable con cariño y que te contemple con los ojos llenos
de sueños mientras tu haces cosas. No la desaproveches, bésala cada día como si
fuera el último, abrázala mientras le dices te quiero y le repites una y otra
vez que nunca la vas a soltar. Quiérela como nunca has querido a nadie y
repítete a ti mismo que no es un juego. Si no es así como la quieres, olvídala,
déjala que siga su camino.
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