viernes, 17 de agosto de 2012

167

-Lo que hace falta es... crear nuevos hábitos en la mente. Repetir a menudo pensamientos asociados a emociones positivas hasta que se generen nuevos lazos neuronales, se refuercen y finalmente se vuelvan preponderantes. Pero eso lleva su tiempo.
No se eliminan los malos hábitos de la mente -prosiguió- , pero es posible añadir otros nuevos y hacerlo de manera que se vuelvan irresistibles. No se puede cambiar a la gente, ¿sabes? Sólo podemos mostrarles un camino y luego hacer que tengan ganas de seguirlo.

domingo, 22 de abril de 2012

Dicen que la felicidad está en muy pocos momentos de nuestras vidas, pero que cuando está, te hace grande, te hace único y te hace ver que no hay problemas que no se puedan arreglar con una simple y sincera sonrisa. Pero advierten que sin ella todo es un verdadero desastre, que nos sentimos vacíos, sin fuerzas ni ánimos para continuar caminando. Que todo lo vemos oscuro y que el camino está lleno de obstáculos que no somos capaces de evitar. Yo les digo que debemos de aprender ( y me incluyo) a saber aprovechar cada día y cada minuto, porque es irrepetible y nunca volverá a nosotros, y olvidar las cosas que no nos dejan ser del todo felices. No regalar sonrisas ni buenas palabras a aquellos que no se las merecen y no perder el tiempo en cosas que sabemos que no necesitamos y que tampoco queremos, que son meros caprichos tontos. Ya saben amigos, esto se acaba y tan solo acaba de empezar… 

domingo, 26 de febrero de 2012


Creo que eran las seis. La almohada se había cansado de escucharme. Aire fresco. Dos cigarros. Paz. Necesidad. Ahora, un reconcome que no se va de mi cabeza. Lo había hecho. Conseguido. Miedo, y después más miedo. No haber obtenido una respuesta iba a hacer que me quedase sin uñas. Y sin cabeza. Recuerdos borrosos. Fiesta. La noche no había estado mal. Un poco de todo. Ellas. Él. Las siete. Las ocho. Las nueve. Suena el teléfono. Él. La sonrisa apareció en mi rostro cansado. Una rosa en la puerta. Un nuevo día. En mí, paz, ilusión y alegría. Feliz. Soy feliz.


viernes, 24 de febrero de 2012


Vamos!, olvida los dias tristes, cómetelos a mordiscos, disfruta de la vida, sal..haz locuras, rompe con las reglas, ten momentos graciosos con tus amigas, conoce nuevas compañías, ábrete al mundo, riete de ti misma, corre, salta, súbete a lo más alto de una ciudad, respira profundo y grita, grita todo lo que puedas, emborráchate y disfrutalo sin avergonzarte por ello, baila, en casa en la calle, en el autobús publico, en el supermercado! Donde sea, riete hasta que te quedes sin fuerzas, hasta que te duela la mandibula y la barriga, hasta que acabes llorando. Pon seguridad en tí misma, no dejes que nadie te pase por encima. Se la primera, la número uno para ti, bésate si hace falta. Recuerda los buenos momentos y no los malos, olvida a las personas que te han hecho daño y recuerda aquellas que fueron primordiales en tu vida, haz favores a la gente, se servicial. Vuélvete loca y olvida los problemas, los baches que pueda haber, besa a esa persona a la que más quieres y celebralo por todo lo alto, sin limites…disfruta del momento y si algo sale mal…no te avergüences, riete de ello. Escoje bien a la personas con las que quieres estar y si alguien no quiere estar contigo olvídalo, esa persona no merece la pena y sobre todo…cómete el mundo, n unca pierdas las ansias de vivir porque la vida son dos días y cuando menos nos lo esperemos se habrá acabado..


martes, 14 de febrero de 2012




Los dos primeros segundos deben de ser como estar muerto. Sabes que estás ahí, pero todavía no sabes quién eres y menos aún dónde estás.Es una sensación incómoda. Rara, como estar muerto. Y entonces, las cosas se van poniendo en su sitio. Estás en su casa, de hecho, estás en su cama. La luz entra despacio por la ventana. Suave. La claridad que limpia la mañana pura de un domingo. Silencio, sin prisas. Recuerdas los bares de anoche, las luces brillantes, la  vuelta a casa entre besos y risas y piensas en tu ropa esparcida por todo el salón . No recuerdo un amanecer en el que hayamos llegado civilizadamente a la cama. Cuando ella se apoya en la mesa y gira la cabeza hacia ti, con su melena cayendo por su espalda desnuda, sabes que ya no hay vuelta atrás. Lo hemos deseado desde las miradas de la primera cerveza. Ahora oyes su respiración a tu lado. Giras la cabeza y ves su pelo rubio enrollado en tu brazo como si el sueño hubiera querido unirnos sin esfuerzo. Los reflejos del sol dibujan extrañas formas en el techo blanco. Las sábanas ocultan placeres próximos. Luego piensas en el zumo, en la música que pondrás en el desayuno medio desnudos y a qué café irás a leer la prensa fresca y renuncias a pensar en cualquier cosa que esté más allá de esa tarde. No existe nada más allá de este despertar. No estoy seguro, pero diría que tampoco existió nada antes de este despertar.


domingo, 12 de febrero de 2012

viernes, 10 de febrero de 2012






Creo que fue justo ahí cuando de verdad empecé a disfrutar de eso que llaman vida. No soy materialista, solo había un par de amigos, una botella medio vacía, y muchas ganas de comerse el mundo.